domingo, 7 de diciembre de 2014

FIRST CONTACT X-CORPS, DIARIO DE TARKOV






DOCUMENTO CONFIDENCIAL: Diario de Tarkov Serkin.
Relacionado con: Operación Paseo Nocturno.

30 Noviembre 2014

Ha pasado mucho desde el incidente en San Francisco. Un tanto violenta la demostración de que hay vida inteligente más allá de las estrellas… Y más aún cuando se informó de la aparición de las llamadas “zonas muertas”.

Hace unos días que terminé aquel cursillo preparatorio de fuerzas especiales paralelas a un programa alemán, y pensando que volvería a mi base de origen, acto seguido recibí una llamada de mis superiores. Ordenes prioritarias de partir a la base alemana de Bauchaus, y una vez allí quedar a las órdenes de un teniente llamado Noire.

Después de más de siete horas de avión me doy cuenta de que el teniente es “la teniente” y es cuando me informan, soy el nuevo fichaje de un escuadrón del X-Corps de respuesta inmediata a la amenaza alienígena, el Global Génesis. Mañana conoceré a mis nuevos compañeros.


31 Noviembre 2014. Primera entrada.

De nuevo veo en un avión rodeado de desconocidos, y además sin mi equipo. Mi escuadrón está formado por otros seis hombres, a cual más pintoresco, la mayoría americanos o eso puedo juzgar a primera vista.

El más formal era un tal James O´Connelly. Todo un pieza, un inglés miembro del IRA, doctorado en química, genio de los ordenadores, médico, y con un padre prisionero en Londres… a saber si todo es cierto.

Para mi sorpresa encontré un español también, Francisco Fernandez, que deja patente el famoso humor de su patria en su sobrenombre: Paco “el Marmota”.

Un tal Nathan Fillion… no recuerdo su especialidad. Otro se llama Derrick Roshberg, es otro de los yanquis, militar tejano de hecho.

Me sorprendí pero en mi equipo hay un camarada ruso llamado Mijail Sokolov. Por lo visto él ya tuvo experiencias antes en el X-Corps, no me vendrá mal permanecer a su lado en la misión.

Por último nuestro único compañero con nociones náuticas, no recuerdo su nombre salvo que empieza por jota, porque entre otras cosas todos le llaman “Banquero.”

Por lo visto la teniente Noire no nos acompañará en la misión actual, y dejó en manos del propio escuadrón designar quién sería el jefe de equipo.

Lo único que saqué de bueno al unirme a este equipo es que por fin tengo información del enemigo. Chandra… así se llama la especie alien. Al principio consideré que se trataba de alguna broma de mal gusto al ver la imagen de los enemigos fotografiados, vivos o muertos. Piel de anfibio y rostros que se asemejaban al de un pez y no me corté en decirlo, y me respondieron que se sospechaba que eran anfibios. Enseguida descubrí que iba en serio a juzgar por la tensión del resto del equipo al ver las imágenes… y por desgracia, los Chandra están mucho más avanzados que nosotros a nivel tecnológico.

Hicieron referencia a la misión anterior. Los Chandra habitan en las recién descubiertas “zonas muertas”, donde por medio de su tecnología inutilizan todas las comunicaciones. Por lo visto si los Chandra reconocen fuerzas hostiles bien organizadas y armadas y se ven en inferioridad, destruyen su base y lo que les rodea por medio de un artefacto explosivo al nivel de una bomba nuclear.

Acto seguido nos informaron de una misión de infiltración y extracción. Una de las zonas muertas de los Chandra cubre una isla junto a la costa de Tanzania llamada Zanzibar. Se supone que en territorio enemigo todavía quedan focos de resistencia con información valiosa que beneficiarían los esfuerzos de expulsar y erradicar la amenaza alien. Para ello debemos localizar a Zorro rojo, una operativo que según el dossier se la supone al mando de la resistencia. Para evitar más explosiones con miles de muertos anexos a ellas, debemos infiltrarnos como civiles armados, no como soldados… por lo que todo nuestro equipamiento avanzado, armamento incluido, está descartado.

Yipi ka yei.

Pronto aterrizaremos en la base de Mwanza en Tanzania, donde se nos proporcionará armamento e indumentaria civil.

31 Noviembre 2014 segunda entrada:

Llevo tanto tiempo escribiendo durante los trayectos que ya prácticamente nada me perturba, pero ahora debo escribir ligero y más atento a mi entorno.

Un coronel Tanzano de nombre impronunciable nos recibió y nos suministró el atuendo y el armamento.

Me siento como si fuera de acampada. Por suerte no nos mandaron totalmente desnudos: una nueve milímetros, una escopeta antidisturbios, granadas de humo y por lo menos algo útil, un rifle SDV Dragunov con mira de visión nocturna. Los demás fueron mucho más avaros en equipo: Fusiles de asalto chinos tipo 56, AK-47, MP5, ametralladoras ligeras RPK, granadas… por suerte no cogieron los lanzagranadas Milkor, o menuda misión de infiltración iba a ser. O´Connelly por otra parte se quedó también con algo de C4.

Tras un corto viajecito de otras tantas horas hasta la base naval de Dar Es Salaam nos llevan hasta los muelles… Y no es muy alentador ver tanto movimiento de tropas, estarán preparándose para cualquier eventualidad.

La nave por lo menos parece eficiente, un bote Clase Defender con una ametralladora pesada. Según los expertos la entrada por medio aéreo es imposible. Se supone que la inserción se hace de noche para dificultar el ser vistos, lo cual considero algo inútil por los datos de que los Chandra pueden ver en la oscuridad…

En otra línea… no sé qué pensar de la actitud del equipo. Unos parecen disfrutar yendo a la zona de guerra rozando lo despreocupado, otros están paranoicos… Uno de ellos ahora mismo se está jactando de haber disparado un lanzagranadas colando el proyectil en el compartimento de carga de una nave enemiga… Espero que sean tan buenos como dicen que son.

Mi compatriota insiste en que los Chandra poseen alguna clase de mente colmena, porque si no es imposible tanta precisión… pero algo así podría conseguirse también con tecnología ¿no?

La radio acaba de perder toda recepción, sólo se escucha estática, supuestamente es señal de que estamos en la zona enemiga, una "zona oscura". Tienen razón, nada funciona como debería, incluso nuestros relojes se han parado. Doy gracias de no tener marcapasos.

Sin embargo… ¿Acabo de ver una luz verde en el agua?

31 de Noviembre tercera entrada.

Desde luego el X-corp cumple con su reputación, tanto buena como mala… Escribo desde el primer punto en el que tuvimos un respiro para lamernos las heridas antes de seguir con la misión, un hotel barato y abandonado.

Por suerte escribir en este cuaderno siempre templa mis nervios. Veinte minutos de misión y ya va una vez que veo la muerte a centímetros de mi cara. Espero que no se me olvide ningún detalle de lo que ha pasado.

Aquel resplandor en el agua me hizo dudar por un momento sobre el éxito de nuestra misión, sobre todo porque esa luz verde subacuática nos seguía. Avisé a O´Connelly de ello y con prudencia ordenó sólo acelerar un poco… de poco sirvió, cerca de la costa nuestro fan submarino se reveló, saliendo a la superficie… y elevándose de la misma, volando.

Fue la primera nave Chandra que vi esta noche. Tan grande como un caza y con una forma extrañamente similar a una raya marina. Maldije mi suerte en silencio, por este tipo de cosas no me gusta tener razón.

Pese a que debía ser una misión de infiltración el jefe de equipo decidió que nos presentásemos amablemente. El equipo antiblindaje de nuestro barco lo hizo por nosotros… con demasiado derroche a mi entender. Estos yanquis están obsesionados con lanzar ráfagas de balas hasta que el enemigo caiga.

Mientras la embarcación zigzagueaba siguiendo paralela a la costa, opté por apoyar el fuego con el rifle. Sólo di un disparo, pero debí perforar y dañar maquinaria desprovista de blindaje, la nave espacial empezó a escorar a un lado precipitándose poco a poco al agua hasta desaparecer.

Mentiría si dijera que no me causó impresión, y agradecí cuando por fin tocamos tierra… a partir de entonces estábamos en desventaja, y el único que podía ver llegar las amenazas con claridad era yo gracias a la visión nocturna de mi rifle, por lo que casi siempre iba en cabeza.

Tengo que abreviar, este pequeño descanso no durará mucho.

Ocultamos el bote. Tras avanzar por la vegetación tropical llegamos hasta una carretera, y la seguimos hasta encontrar una gasolinera, lugar que la gran mayoría aprovechó para esconderse en su interior. Todo estaba silencioso, hasta un punto que parecía siniestro, tanto como una ruta a un pueblo fantasma.

Subí hasta la copa de un árbol, y otro pretendía lo mismo, pero en ese momento oímos gritos.

A través de la mira vi que siguiendo la carretera se acercaba un civil corriendo, perseguido por dos criaturas cánidas como las de los informes de subespecies Chandra. Eliminé a uno de ellos de un tiro limpio, y mi compañero convirtió al segundo en pulpa con una ráfaga trazada en arco con su RPK.

No bajé del árbol pero la noche era silenciosa y había una ventana en la gasolinera por la que podía ver medianamente bien. Mi compañero metió al histérico civil en el edificio y apartó los cuerpos de los cánidos de la carretera, y entre que ninguno de nosotros habla su idioma y parecía desesperado por huir, el equipo no sacó nada en claro salvo que todos los que iban con él habían muerto.

Pero es el problema de las balas… son ruidosas y se oyen a kilómetros. Tres minutos después… es difícil describir ese ruido, era como la fricción del viento a través de una ventana casi cerrada, y se acercaba. El rifle me permitió ver que era otra nave Chandra que iba directa hasta nosotros.

Di el aviso, y el civil volviéndose loco echó a correr siguiendo la carretera de nuevo… ellos salieron de la gasolinera, yo bajé del árbol y nos metimos en la maleza del lado opuesto de la vía, escondiéndonos… pese a que el cuerpo me pedía a gritos que siguiéramos alejándonos por la selva.

Ni respirábamos de la tensión, la nave quedó suspendida sobre el punto donde murieron los dos perros Chandra… lo que me permitió verla mejor. Si la nave de antes parecía un caza, esta era como un bombardero… y no me equivocaba mucho.

La nave se orientó hacia la gasolinera… y de ella salieron dos proyectiles de luz extraña. El edificio y los surtidores estallaron tan brutalmente que nos echaron de espaldas.

De un haz de luz salido de la panza de la nave bajaron en parejas de dos hasta diez de esos alienígenas, eran exactos a los de los informes, con un armamento que no podía describir salvo porque se intuía que eran armas de largo alcance.

Y es cierto que tienen una vista excelente de noche. Uno de ellos se adelantó y apuntó en el sentido de la carretera. Un solo disparo y escuché el grito de lejos del civil, que caía muerto.

O´Conelly por fin dio la orden de retirarnos por la maleza… pero fue tarde, uno de ellos miro en nuestra dirección conforme nos íbamos. No tardé en darme cuenta de que nos estaban siguiendo y así se lo indiqué al jefe… que dio órdenes de que nos posicionáramos y ocultáramos.

No éramos conscientes de lo mala idea que era hasta que volvimos a oír el silbido del bombardero Chandra… que empezó a cargar sus armas de rayos para disparar. También fue mala idea que yo me ocultara de nuevo en la copa de los árboles. Ellos corrían mientras yo me estampaba contra el suelo en blando, y yo corrí lo justo para sentir el calor abrasador de la explosión a mi espalda y como volaba gracias a la onda expansiva. No morí ni acabé herido de puro milagro, sólo magullado por ambas caídas.

Huimos mientras el bombardero literalmente deforestaba la zona en un bombardeo sistemático en espiral…

Por fin llegamos a Zanzibar City por el linde de Mombasa. Es literalmente una ciudad sitiada, con la diferencia de que la población está casi exterminada, y ni siquiera quedan cuerpos en el suelo, no hay nadie en la calle ni vehículos moviéndose. Dios sabrá que hacen con los muertos.

Lo raro es que unos pocos edificios parpadean, se apagan y luego se encienden como si hubiera bajadas y subidas de tensión. Nos dirigimos allí.

Voy a acabar cogiendo cariño a este fusil. Gracias a él llegamos sin tropezarnos con las patrullas Chandra y tuvimos un nuevo respiro al llegar al edificio. Eran unos apartamentos, abandonados por desgracia, en el registro no se encontró a nadie ni nada salvo una habitación totalmente revuelta pero sin señales de violencia.

Se acabó el descanso, hora de trabajar.

31 de Noviembre, cuarta entrada.

Cada vez que nos escondemos de las fuerzas Chandra me siento como una rata escondiéndose en un nido improvisado, pero esta vez lo hago sabiendo que podemos tener éxito en esta misión… aunque sea más complicada de lo que creía.

Desde que llegamos a los apartamentos me preocupé de la estabilidad mental de mi camarada. La situación lo superaba, parecía a un par de pasos de estar como el pobre civil que no pudimos salvar… pero el lingotazo que le pegó a una petaca parece que le calmó los nervios sin incapacitarle para la misión.

De pronto oímos ruidos de marcha… a través de la ventana los vi. Una formación perfecta de dieciséis soldados Chandra y uno de esos… Goliats… llevaban por delante unos veinte prisioneros civiles, probablemente a lo que los aliens consideren un campo de concentración.

Nos vimos obligados a esperar hasta que estuviera despejado y seguir adelante con la misión… y pese a que oímos disparos en la dirección en la que se fue ese grupo, tanto de armas de fuego como de energía, no nos detuvimos. La misión es lo primero.

Treinta minutos después de atravesar Mombasa a base de avanzar posiciones, esquivar patrullas y escondernos tras umbrales, logramos llegar al punto de encuentro, un salón de baños. Marmota fue el primero esta vez, yendo puerta por puerta hasta que un cañón se le apoyó sorpresivamente en la sien.

Tras identificarnos vimos que la sargento que nos ordenaron rescatar, Zorro rojo, la CAPITANA zorro rojo, estaba viva. Su estado físico y emocional era un desastre: ropas ajadas, ojeras profundas, rozando la hambruna, tensa como una ballesta… pero ella lo llevaba con una entereza digna de su rango.

Tras aceptar que somos el escuadrón X-Corps, ella nos obligó a escoltarla hasta el refugio de la resistencia en la ciudad, un par de calles más abajo junto a la iglesia Anglicana. Allí no solo encontramos el resto de sus nutridas fuerzas (dos africanos con Ak47) sino también con un pequeño grupo de ancianos, mujeres y niños… todos deshechos por el miedo a lo que hay fuera.

Ahora mismo estoy escribiendo desde el mismo refugio en silencio mientras estalla el caos en la jerarquía de mando. La tensión hizo que casi todos olvidaran su propio rango y se pusieran a opinar por encima de O´Connelly. Zorro Rojo no está dispuesta a la extracción sin llevarse a todos los supervivientes, y sus argumentos son más que claros. Complica la misión desde luego, pero la falta de humanidad al abandonarlos es algo impensable… y ha quedado claro quienes carecen de humanidad en medio de este desorden que cada vez enoja más a la sargento, llegando a tirar de galones para cambiar la prioridad de las órdenes.

Por suerte, O´Connelly puso orden. Él, al igual que yo, estaba de acuerdo en rescatar a los civiles. Dos problemas eran los que nos dificultaban la misión. El primero es encontrar una embarcación lo bastante grande y en buen estado para la extracción de tantos civiles; y el segundo encontrar la forma de llevar tanta gente sin ser detectados.

Parece que Zorro rojo se ha calmado. Es hora de dejar de escribir y de planificar… espero que estas no sean las últimas líneas de mi diario.

1 de Diciembre, Madrugada

El escuadrón entero merece un maldito ascenso. Viviremos para luchar un día más, y por suerte podré registrar el desenlace de la misión.

Tenemos la gran suerte de que Zanzibar city también es una ciudad costera y hay barcos. Tras haber reconocido la zona localizamos dos posibilidades, un par de yates de lujo.

Tuvimos que dividirnos en dos grupos. Uno un grupo para preparar y defender los yates, otro para escoltar a los civiles. Dadas mis aptitudes como francotirador tuve que ir en el primer grupo.

Para la extracción hacía falta una gran distracción. O´Conelly formó parte del IRA, y es un experto en varios campos, entre ellos química. Reclamó todas las granadas y el C4 disponible preparando dos explosivos, uno notablemente más potente que el otro… y con la atención en los cráteres, todos pasarían desapercibidos.

Tan solo puedo contar mi versión, pero sí que noté cuando ellos hicieron su parte. Entregué la escopeta antidisturbios al jefe de equipo y me marché con Banquero y Marmota en dirección a los yates… fue una tarea bastante dura, teníamos problemas con las patrullas, tenían perros Chandra y creo que captaban el olor de los nuestros que ya habían pasado por ahí.

De camino vimos lo que parecía un arma antiaérea Chandra… si era capaz de llegar a los yates estábamos jodidos.

Al llegar a la costa encontramos unas barcas a motor… sin embargo las dejamos en la orilla, y tuvimos que nadar hasta el yate grande. Era el único capaz de llevarnos a todos pese a que no era el más rápido. En momentos como ese añoro los trajes de neopreno, el agua nocturna no es precisamente cálida… pero lo que más me preocupaba era la posibilidad de que los Chandra estuvieran bajo el agua…

Al llegar al yate, deje la labor de mantenimiento a Banquero y yo subí hasta el techo del yate, tumbado y vigilando la línea de playa a través del fusil.

No tuve que esperar demasiado para oír cuando empezaba la fiesta. La primera explosión no solo sirvió para distraer, también era un cebo, divisé las tropas y unidades aéreas alienígenas acercarse a la columna de polvo y humo… sólo para ver como la mitad eran barridas por la segunda explosión, más potente.

Apartados de ese caos de las explosiones por fin vi a los supervivientes acercarse, todos vivos incluso los niños y sin ser detectados por el enemigo. Pude verles tomar las barcas sin problema aparente… pero empecé a ver tropas que examinaban el paseo marítimo en busca de rastros. Me di cuenta de que eran los mismos que nos dieron caza en el bosque porque el mismo bombardero estaba tras ellos.

En el punto de mira tenía al que parecía ser el líder del grupo, los Chandra se detuvieron mirando al suelo con sus perros… teniéndole bien situado en la mira de mi rifle vi al líder… que de pronto se giró mirando directamente hacia el barco, como si me mirara a mí.

Mi reacción fue inmediata, casi instintiva, no podía dejar que nos descubriera, y ellos no podían saber el punto de origen de un disparo tan lejano. Lo derribé con un agujero entre ceja y ceja… pero entonces fue cuando descubrí algo realmente malo.

Inmediata y sincronizadamente, todos los Chandra miraron en dirección al barco, y el bombardero se orientó hacia nosotros. Mi compatriota tenía razón, son una mente colmena y cuando uno sabe algo, lo saben todos.

Di la voz de alarma y el yate por suerte estaba en condiciones de iniciar la huida… una huida no lo bastante rápida, el bombardero Chandra cada vez estaba más cerca.

En ese momento, todos estuvimos de acuerdo sin necesidad de hablarlo: la obligación de parecer civiles poco preparados se terminó. En un momento, múltiples AK47, MP5 y otras tantas armas poco ortodoxas se unieron a mi rifle y todas dispararon a la vez a la cabina manteniendo fuego automático… y entre que Banquero era un piloto formidable y los demás no dieron respiro, acribillamos la cabina del bombardero, inutilizando en parte su capacidad de vuelo.

Pero no fue suficiente. Cuando la nave empezó a torcer hacia el agua de pronto se estabilizó y empezó a acelerar, con intención de estrellarse contra el yate… dando cuenta del pragmatismo de los alienígenas a la hora de solucionar problemas.

Volvimos a disparar hacia la cabina, y entre todos debimos dar al piloto al mismo tiempo que Banquero daba un viraje casi en seco, esquivando la nave en el último momento.
El bombardero chocó estrepitosamente contra el agua y más de una vez, rebotando como una piedra plana en un estanque. En ese momento poco importó que el Yate se calara.

Cuando Banquero logró arrancar de nuevo y nos alejamos, los llantos de los niños se calmaron poco a poco… y supuso un alivio mayor cuando por fin la emisora de radio del yate recibió respuesta a las llamadas de Zorro Rojo. Logramos salir de la zona oscura.

La misión fue un éxito… y lo reconozco, he juzgado mal esta unidad… y dado lo que hemos descubierto, me parece que tendré que continuar en esta unidad… y recomendar que se soliciten más hombres para el escuadrón.

Este rifle me gusta, creo que voy a quedármelo.



DOCUMENTO CLASIFICADO COMO ALTO SECRETO, ETIQUETADO Y ALMACENADO.

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