domingo, 19 de julio de 2015

Cinefilia: Acantilado Rojo

Hoy vengo a hablaros de lo que era un peliculón y en Europa hicimos un de él un mojón. Bueno, tanto como un mojón no. Pero lo destrozamos bastante. En concreto hablo de la película Acantilado Rojo. Un film bélico ambientado en la China del s. III después de Cristo (que ya sé que para que nos enteremos tenemos que ponerle el <<después de Cristo>>, pero manda narices que hasta eso tengamos que imponerles a los chinos).






Para no hacer demasiados spoilers, os diré que hay un malo malísimo que quiere derrotar a los bueno buenísimos. Hasta ahí nada novedoso. El argumento, una vez reducido a su esencia, es buenos contra malos. Hasta ahí, como digo, nada que no hallamos visto ya millones de veces.

Lo que le da cierto sabor, a mi gusto, nuevo, es la calidad de esos personajes. Y eso que he visto la película en versión internacional. Porque en realidad son dos películas. Y esto es importante porque de una duración aproximada de algo más de dos horas cada película, nos ha llegado una sola película de algo más de dos horas. O lo que es lo mismo, han reducido a la mitad cada película y nos las han juntado en una.

Lo mejor que podéis hacer es buscar la versión extendida inglesa, que incluye las dos películas sin cortes y rezar para que haya subtítulos disponibles. Y es que es un cine al que no estamos acostumbrados. Es una estética que puede ser conflictiva para el espectador occidental.
Me explico. En la versión original, a un personaje se le posa un pequeño pájaro en la mano, y empieza a juguetear con él, casi extasiado porque un ave haya decidido confiar en un humano. Pero cuando llega el malo, el Primer Ministro Cao Cao, el pájaro se esconde. Y cuando el Primer Ministro corrompe al otro personaje, el pájaro huye. En nuestra estética, eso no aporta nada, es algo completamente accesorio. Y supongo que en la oriental también (o no, no soy ningún experto). Pero ellos lo dejan, para ellos es una parte necesaria de la película. Para nosotros no. De hecho una hora de cada película no nos es necesaria.

A nosotros nos es suficiente con las escenas de batallitas, que es lo que comprendemos. Aunque eso reduzca la calidad de los personajes a su mínima expresión y haga que haya lagunas de coherencia.

Porque eso es lo que me cabrea del asunto. Alguien se curra un personaje malo, pero malo de verdad, que sin embargo es un buen poeta, alguien a quien le encanta escribir y dibujar. Un malo con una vena artística potente y sin la típica y tópica megalomanía del malo que se cree un genio.
O uno de los personajes del bando bueno, que es un estratega (no un militar, sino una persona que se dedica a plantear estrategias de guerra), pero que además representa el espíritu científico de los chinos. Porque otra cosa no, pero los chinos tienen y han tenido a lo largo de la historia grandes descubridores, inventores, matemáticos, ingenieros, filósofos, etc. Pero te recortan tanto ese personaje que, lo que parece, es que es el típico sabelotodo del lugar. Cuando es un personaje con una profundidad enorme.


Luego, lo que me gusta de la película es que es un conflicto moral. Durante todo el recorrido de los personajes, la moralidad es un pilar clave, así como el sacrificio. Aquí los personajes saben que van a enfrentarse a grandes pérdidas, aunque ganen las batallas. Aunque aniquilen a los ejércitos del malvado Cao Cao, no lo harán gratis. Y no es una película bélica al uso, sino bastante lúcida. No se glorifica la guerra ni el conflicto, ni se justifica en ningún momento.

Luego, un cosa que me ha gustado bastante es que, aunque no hay paridad de género, sí aparecen dos mujeres (en la versión corta, que es la que he visto) que son importantes en el desarrollo de la trama.


Aquí las mujeres que aparecen como personajes son cañeras. Ambas tienen un papel importante en el desarrollo de la trama y no están como compañeras de fatigas, sino como personajes de pleno derecho. Son en algunos casos un contrapunto a los pensamientos masculinos de la China más tradicional y, en otros, las que llevan a la resolución de la trama. Y no porque haya que salvarlas, o cuidar de ellas, sino porque piensan y actúan de forma propia.


Si me hago con la versión extendida (quiero decir, la versión original, no el truño), haré otra entrada examinando la película más detenidamente. Pero de momento, y sólo habiendo visto la versión truñera, le doy un 6,5 sobre 10. Y no por la película, sino por los cortes, normalmente, sin sentido.



P.S: Si queréis ver un peliculón chino, con una estética realmente preciosista no dudéis en buscar La maldición de la flor dorada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario