¡Prended vuestras antorchas! ¡Preparad vuestras espadas! Hay riquezas en las profundidades y solo los valerosos y los atrevidos las tendrán; si la fortuna les sonríe...
Así es, hemos probado «Clásicos del mazmorreo», ese juego de fantasía setentera, letalidad mazmorril y magia proteica. Los jugadores se han enfrentado a su primer embudo, con más o menos buenos resultados. Yo por mi parte ya había dirigido este módulo, «Pórtico bajo las estrellas», un par de veces, pero la experiencia de ver el pánico fluir entre los jugadores así como sus inventivas y descabelladas soluciones para enfrentarse a la carnicería no es para nada menos emocionante.